Esta es una traducción de la página original en inglés.
Los sistemas privativos son prisiones
Más ejemplos de malware en el software privativoA continuación presentamos algunos ejemplos de sistemas privativos que son prisiones, pues no permiten al usuario instalar aplicaciones libremente. Esta imagen de una iPrisión ilustra el problema.
Estos sistemas son plataformas de censura impuestas por la empresa propietaria del sistema. La venta de productos diseñados como plataformas para que una empresa imponga la censura debería estar prohibida por la ley, pero no lo está.
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Apple ha prohibido las aplicaciones para iCosas que exhiban la bandera confederada. No solo aquellas que la utilizan como un símbolo de racismo, sino incluso juegos de estrategia que la utilizan para representar unidades del ejército confederado que luchan en la guerra civil.
Esta ridícula rigurosidad sirve para ilustrar por qué no se le debe permitir a Apple censurar aplicaciones. Aun cuando Apple llevara a cabo este acto de censura con cierto cuidado, seguiría estando mal. La cuestión no es si el racismo es malo o si instruir a la gente acerca de los ataques drones es malo. Apple no debe tener la capacidad de imponer sus puntos de vista sobre ninguno de estos asuntos, o cualquier otro.
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Más ejemplos de censura arbitraria e incoherente por parte de Apple.
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iOS, el sistema operativo de las iCosas de Apple, es el prototipo de una prisión. Fue Apple quien inició la práctica de diseñar ordenadores de uso general que incluyen la censura de programas de aplicación.
En 2014 Apple utilizó este poder de censura para prohibir durante algún tiempo el uso de todas las aplicaciones para bitcoin en las iCosas. También prohibió un juego acerca del cultivo de marihuana, mientras que permite juegos sobre otros delitos como matar gente. Tal vez Apple considera que matar es más aceptable que cultivar marihuana.
He aquí un artículo sobre la firma de código que las iCosas utilizan para aprisionar al usuario.
Curiosamente, Apple está comenzando a permitir, de manera limitada, el paso a través de los muros de la iCosas: ahora los usuarios pueden instalar aplicaciones construidas a partir del código fuente, siempre que el código fuente esté escrito en Swift. Los usuarios no pueden hacerlo libremente, ya que se les exige que se identifiquen. Más detalles, aquí.
Si bien esto representa una grieta en los muros de la prisión, no es lo bastante grande como para hacer que las iCosas ya no sean prisiones.
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Las videoconsolas también son prisiones: ningún juego puede ejecutarse en la consola a menos que el fabricante lo haya autorizado. Lamentablemente no encuentro ningún artículo que citar con relación a este hecho. Por favor, infórmenos si conoce alguno.